"When going gets tough, you call Braum!" o cómo sobrevivir a los conflictos

Y es que, sí, amigos... las cosas están destinadas a ponerse feas más tarde o más temprano cuando te dedicas a la enseñanza. Hormonas revueltas, chavales aprendiendo a relacionarse y a distintos grados de desarrollo, roles muy marcados, inseguridad y baja autoestima... Es una mezcla que garantiza el desastre, de una manera o de otra.

E incluso para esto, para cuando las cosas se complicadan, un profesor debe estar preparado.

Así que, en esta entrada, voy a hablar de una de estas situaciones complicadas, basándome en lo que hemos dicho en la clase de hoy, y de cómo abordarla como profesor al cargo.

Una situación que, si bien no es muy común, sí puede darse, es que algunos alumnos decidan vandalizar el material escolar. Desde pupitres y sillas hasta, directamente, ventanas y radiadores. Personalmente, las he visto todas en mi propio instituto.

Así que... ¿cómo abordas la situación si te pasa a ti? Porque no es fácil.

Muchas veces los adolescentes buscan revelarse contra la autoridad y mostrarse "fuertes" delante de su grupo de amigos, por lo que efrentarse a ellos directamente puede llevar a que se reafirmen o a que el conflicto escale. Pero, por supuesto, no puedes permitir que sencillamente sigan adelante.

Ante esto, quisiera recomendar el consejo de nuestro profesor de Aprendizaje y Desarrollo de la Personalidad y sugerir que, aunque no venga como tal en el reglamento, a veces la mejor manera de abordar estas situaciones es saliendonos un poco de la norma.

Dado que es mejor evitar la confrontación directa, salvo que sean muy jóvenes y valoren la apreciación del profesor por encima de la de sus compañeros, una buena técnica puede ser, sencillamente, acercarte a ellos y, sin decir nada, sentarte a su lado, observando lo que hacen. Y cuando eventualmente te pregunten que qué pasa, que si tienes algún problema con ello, tan sólo responder que no, que sólo estas observando. Que a ti también te gustaría poder formar parte de la experiencia, por sí decirlo. Y el propio rechazo de tener al profesor, a la figura de autoridad, tratando de integrarse en su grupo, debería ser suficiente como para cusarles suficiente rechazo y que dejen de hacerlo, ya que ha dejado de ser "guay". 

Por supuesto, esto no es una fórmula mágica y puede no funcionar, pero a veces hay que ponerse creativo y pensar fuera de la caja.

¿Vosotros que opinais? ¡Dejad un comentario y aprendamos de nuestras diferentes perspectivas!

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