Ha pasado mucho tiempo...

 

Bueno, quizás no tantos...

Dejémoslo en que estamos en el 2050. ¿Cómo puede haber cambiado el mundo en todos esos años?

Si me preguntas a mí, a nivel tecnológico y cosas así, no creo que demasiado. Sin embargo, a un nivel de cultura educativa, es otra historia.

En las últimas décadas, debido a la globalización y al flujo incesante de información, se ha podido obervar cómo la expansión de los movimientos sociales se ha acelerado significativamente, apoyados por redes sociales que hacen las veces de altavoz de situaciones que, de otra manera, jamás nos habrían llegado.

Este fenómeno, a pesar de hoy en día se escuchan voces pidiendo que se regule internet, quiero creer que no se vería afectado con el tiempo más que en el sentido de favorecer su desarrollo. Para el 2050, las redes sociales serían probablemente aún más populares, con más usuarios y muy muy poca gente descolgada de ellas.

Como tal, imagino que a nivel educativo, esta influencia de las nuevas tecnologías sería determinante. Se haría mucho más énfasis en las TIC y, probablemente, habría una concienciación más generalizada sobre determinados problemas soaciales. Quizás hasta una sobresensibilización con respecto a alguno de ellos, de manera que los jóvenes fuesen aún más susceptibles a movimientos continuos que se devoran los unos a los otros compitiendo por ser el foco de atención.

No me cabe ninguna duda de que para el 2050, la sociedad será aún más nihilista, si cabe. A la inversa que la hidra de Lerna, cada valor que cercenamos de nuestra sociedad, sólo acelera el proceso que marchita al resto. Pero, ¿acaso hay alternativa buena? Probablemente no.

Por otro lado, parece probable que el cyberbullying no remitiese sino que se intensificase, a medida que nuestra presencia en los metaversos se intensificase. Sería dificil regular las interacciones entre alumnos y puede que los profesores queden relegados a un rol aún más secundario si cabe, puesto que, despues de la familia y de los amigos, muchos jóvenes harían de internet y de las redes sociales su inmeidatamente siguiente fuente de influencia.

Parte de lo que se pretendía encontrar en este ejercicio era algo del pasado de lo que en el futuro nos pudiesemos reir, pero, llamadme agonías, no se me ocurre nada. Tal vez se haya logrado una igualdad superior, pero tengo mis dudas de que las cosas vayan a cambiar a mejor mucho más dada la decadencia generalizada de Europa.

Y dicho esto, recordad que si el presente a veces os parece surrealista, podeis esperar el futuro en que estos tiempos os parezcan entrañables y reivindicables desde la nostalgia.

Un saludo.